viernes, 8 de mayo de 2009

REINTEGRO A LA CAPITANIA GENERAL DE CHILE 1740

En 1740 Valdivia deja de depender administrativamente del Virreinato del Perú por una cedula emitida el 17 de septiembre de ese año por el rey. En 1741 se recibiría la Real Cedula que entregaba la plaza a Chile. Manso de Velasco redactaría las 31 ordenanzas para el nuevo gobierno completadas con el “Reglamento para la Guarnición de Valdivia.”
Un incendio ocurrido en 1742 reduciría casi en su totalidad a cenizas la ciudad. El gobernador Navarro Santaella, afrontando a un tiempo la escasez de viviendas, sacrifico, su propio caudal para subsanar con la mayor rapidez las dificultades. Reedificó con gran suntuosidad las tres iglesias destruidas, los claustros de la Compañía y de San Juan de Dios, el hospital, los castillos, los almacenes reales y las casas de particulares; repartió más de 2.750 pesos a los militares y por el resto de su gobierno, anualmente, 1.500 pesos en ropas, 3.000 a los sacerdotes y diariamente 14 raciones entre los pobres. El vecindario lo aclamó como el mejor gobernador que jamás había tenido, llamándolo bienhechor y hasta padre; el rey al igual que las demás autoridades, por real cedula, de 11 de octubre de 1742, lo felicitó calurosamente.
El 18 de enero de 1748 un gran incendio arrasaba con gran parte de la ciudad. El incendio estallaría a las dos de la tarde de ese día en la Casa de los Jesuitas, cuyo superior, padre José Ambert, descuido una luz que encendió para ciertos menesteres. Se lograron rescatar de las llamas los libros de registros parroquiales y de contaduría con las custodias de la Iglesia de la Compañía y el Hospital Real.
En 1748 se dictaban las ordenanzas militares para las tropas asentadas en Valdivia. Estos reglamentos serian aprobados por el rey el 17 de abril de 1752, el gobernador Manso lo pondría en vigor en 1753 e implantadas por el gobernador Ortiz de Rosas a partir del año siguiente. Las tropas de la guarnición de Valdivia debían formarse de un solo batallón de infantería de 363 hombres.
En 1755 el gobernador de la plaza, Sáez de Bustamante, hizo cavar un foso alrededor de la plaza, provisto con murallas, puentes, terraplenes, protegidos por baluartes en toda su extensión.

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